Stephen Wilkinson, también conocido como Bibio, asombró a todo el mundo con el lanzamiento de su segundo album, "Ambivalence Venue", publicado en Warp, un tratado de música electrónica que hacía de la variedad estílistica su razón de ser, y que lo colocó en la primera línea de productores inquietos: sus canciones empezaban de una forma y podían acabar de cualquier otra.
Esa máxima, la del delirio impredecible, es la que domina ahora su excelente tercer disco, "Mind Bokeh", que también saldrá publicado en Warp a finales de este mes de marzo.
Cosas de internet, Bibio ya lo ha colgado en streaming, con lo cual uno ya se puede hacer una idea de lo que Bibio ha fabricado en su estudio. "Mind Bokeh", a mi juicio, es un excelente disco de música electrónica, una perfecta continuación de "Ambivalence Venue" y una muestra de eclecticismo musical y de perversión de la forma que solo puede producir un genio tarado como Wilkinson.
"Mind Bokeh" es el estado mental brumoso que atraviesa el alma de este tipo, interesado tanto en la forma como en el fondo. A lo largo de los 52 minutos que dura, Bibio exprime capas y capas de psicodelia, ajustándola a estilos tan variados como el funk, el hip hop, el electro o el pop electrónico. El resultado es un inspirado disco de música electrónica que se gana a pulso un lugar en tu corazón.
Desde la inicial "Excuses", que comienza a modo de ambient para derivar hacia el pop y culminar finalmente en un derroche de funk glitcheado, hasta la seminal y jazzística "Saint Christopher", que cierra el disco, Wilkinson atraviesa un estado mental que pasa de la euforia a la depresión, que induce a reir, a reflexionar, a bailar o a simplemente escuchar.
Wilkinson maneja perfectamente los resortes, mueve con acierto los hilos de una obra tan madura como clarividente. Como muestra queda "Excuses", una delicia de 6 minutos -en la versión album- que resume a la perfección lo que es "Mind Bokeh".
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