Desde el inicio de su carrera, Chaim se distinguió del resto de sus compatriotas y coetáneos israelís (Guy Gerber, Shlomi Aber o Gel Abril) por mantener una propuesta mucho más cerebral a la hora de abordar la música de club, lejos de la pegada detroitiana o de la emotividad que destilaban el resto de la pléyade judía que invadió hace unos años la galaxia clubber.
Por tanto, no fue una sorpresa que Chaim conectara inmediatamente con Ellen Allien, quien lo fichó para Bpitch Control, plataforma desde la que ha editado su material en los últimos tres años, ofreciendo una visión bastante brumosa del house en su vertiente más clásica y futurísta.
La ascensión de Chaim se ha visto refrendada este mismo mes con su primer larga duración, titulado "Alive", publicado en el sello teutón. El resultado de tamaña apuesta es un LP de House espumoso y mutante, que ahonda en la vertiente más clásica -Chicago y Detroit-, pero distanciándose al mismo tiempo de los referentes en busca de una voz personal.
Un ejercicio de estilo muy parecido al que emprendió John Roberts con "Glass Eight", pero con la diferencia de que Chaim opta por un discurso mucho más neurálgico, en el que las máquinas suenan como instrumentos y las voces como máquinas.
"Alive" es un tratado de música profunda, indiferente a las corrientes actuales y a los géneros, que no desea ser clasificado como nada, que desea mutar en cada una de las escuchas a las que es sometido, y que aguantará el paso del tiempo -para mí ya es uno de los discos de electrónica del año- con facilidad, puesto que no pretende otra cosa que ser sincero y coherente consigo mismo.
Una pieza embriagadora de amor hacia al house en todas sus vertientes, un caramelo delicioso que se degusta lentamente en el paladar.
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