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martes, 31 de mayo de 2011

La Banda Sonora de mi Ausencia

Como algunos de vosotros sabeis, he estado ausente del blog por motivos laborales, que impedían que le dedicara el cariño necesario para que esta humilde tribuna funcionara tal y como yo la concebí. Ha sido algo menos de dos meses desde que escribí el último post. Dos meses marcados por una campaña electoral que se ha chupado mi energía y, en ocasiones, mi literatura. No obstante, estos dos meses no han sido sordos o silenciosos, más bien todo lo contrario, las maratonianas jornadas laborales han ido acompañadas de una extensa banda sonora que procedo a despedazar ahora en quince momentos.
Como si de una lista de principales se tratase, la Banda Sonora de Mi Ausencia presenta de modo completamente aleatorio y subjetivo los quince discos que deberían haber sido incluidos en el blog durante los últimos dos meses. A pesar de que no he querido destacar ninguno por encima de otro, me veo obligado a empezar por los dos hombres que ilustran el inicio de esta entrada: Ghostpoet y Mark E, creadores de dos de los mejores LPS que he escuchado este año y que coronan obviamente la lista por una cuestión puramente sentimental. Allá Vamos.
1. Ghostpoet - Peanut Butter Blues & Melancholy Jam. Continuador del legado de Mike Skinner y, en mayor medida, Roots Manuva, Ghostpoet se ha erigido con un par de maxis y este disco en la voz más autorizada del hip hop británico. Hijo bastardo del reciéntemente fallecido Gil Scott Heron en su forma de abordar la rima más como un recital que como un espectáculo de flow, Ghostpoet ha entregado un disco impresionante con algunas de las mejores producciones que he escuchado en el género y con una visión personal que harán de él uno de los grandes Mcs británicos de la próxima década.

2. Mark E - Stone Breaker. Mark E tenía ganas de quitarse de encima la etiqueta de Edit Man y lo ha hecho entregando un disco denso que recoge lo mejor de las escuelas de Chicago, Detroit y Nueva York. Alejado de su colección de samples y centrado en una producción bruta y abstracta, 'Stone Breaker' queda grabado a fuego en cualquier oyente con un mínimo de clase, capaz de ver más allá del 4x4. Una joya de música electrónica contemporánea con aliento a clásico.
3. Boxcutter - Dissolve. Boxcutter ha dado un salto al vacío con respecto a su anterior larga duración, alejándose del dubstep y los sonidos más urbanos para ofrecer un agitado cocktail de funk cósmico cocido con mucho cariño, en un derroche de clase sónica que hace de 'Dissolve' un excelente album de música electrónica del futuro.

4. Fudge Fingas - Now Abou How. Nuestro amigo escocés Fudge Fingas ha entregado un delicioso album de música de club, tal y como él la entiende por supuesto. Buceando en el Deep, el Disco, el Funk, el House y cualquier cosa que se le pone por delante, Fudge Fingas tiene una voz personal que hace de 'Now About How' una deliciosa pieza de cámara. Esto es Pop House.

5. Kode9 & The Spaceape - Black Sun. Tan esperado como era el nuevo disco del dueño de Hyperdub, de 'Black Sun' sólo se pueden decir cosas buenas. Basculando, como su título indica, entre la oscuridad y la luminosidad, Kode9 vuelve a producir retazos de electrónica futurista y cede la parte vocal a Spaceape, un vocalista superdotado. Un disco diferente por inesperado, pero que demuestra porque Kode9 es uno de los pilares de la música de la última década.
6. Young Montana? - Limerence. Un joven productor. Un ordenador. Una MPC y muchas ganas de dar la nota. Young Montana ha aparecido como un ciclón en la escena de Beatmakers americana con su aproximación marciana al post dillismo. Su disco es tan delicioso como abstracto, capaz de brillar cada dos minutos con sus cambios de ritmos y su arsenal de samples.

7. Soul Parlor - Evoluzion. Uno de los colectivos alemanes más dotados para fabricar música negra, Soul Parlor han sido durante años, uno de los buques insignia de Tokyo Dawn Records, en su acercamiento a la música afro de forma tan respetuosa como desvergonzada. Con el disco recien comprado, sólo puedo admirar su excelente forma de abrazar el clasicismo y su imponente nómina de colaboradores vocales. 

8. Tom Trago - Iris. Uno de los LPS más importantes de música disco que saldrán este año viene firmado por este jovenzuelo que sabe muy bien lo que hace, y que lo que hace sabe estupéndamente. Un discazo de música de baile tan carnal como cerebral, facturado con celo, mimo y toneladas de purpurina por uno de los house masters europeos más tapados.
9. Gus Gus - Arabian Horse. Recién sacado del horno, 'Arabian Horse', la vuelta al ruedo de Gus Gus en Kompakt impone ya desde el comienzo, con esa delicada forma de combinar el pop electrónico con elementos de techno, trance o mininal. Lo curioso es que, a medida que avanza el disco, su densidad acaba siendo asimilada de forma natural por el oyente, dando como resultado una pieza magna, plagada de pasajes abigarradamente bellos.
10. Bodi Bill - What. Una de las sorpresas del año para quien esto escribe, pues hasta que di con este disco desconocía a su autor, un tal Bodi Bill que se ha sacado un disco de música electrónica puro, que a veces mira al pop, otras al deep house o al disco, pero que, en cualquier caso, supone, en sus cincuenta minutos de duración, un golpe maestro de calado atemporal.

11. Pitto - Objects In A Mirror Are Closer Than They Appear. El disco de Pitto, uno de los mejores productores de música de club de Holanda, es una demostración de raza. Alejado de sus primeros trabajos, Pitto se rodea de vocalistas femeninas que acaban por darle a su disco una visión tierna de la música de club, que incluye pasajes electrónicos, houseros, grooveros, ácidos, discoides o netamente clásicos. Una delicia y una sorpresa.
12. Junior Boys - It´s All True. Un poco descafeinado en comparación con sus dos anteriores discos, lo nuevo de Jeremy Greenspan no acabó de seducirme en las primeras escuchas, pero es inevitable reconocer que Junior Boys tiene ese algo que lo diferencia del resto de grupos de pop electrónico. Su soltura y desprejuiciada fórmula de fabricar pop merece su inclusión en la lista, aunque sólo sea porque su música me ha regalado alguno de los momentos más mágicos de mi vida.
13. 6th Borough Project - One Night At The Borough. Ya venían avisando desde hace un par de años que, en materia de disco music, eran uno de los nombres a seguir. Todo lo avisado ha quedado marcado en un disco que demuestra que la buena salud de la que hacen gala hoy las luces de neón es resultado del cariño que le ponen productores como éstos, capaces de extraer lo mejor del pasado y filtrarlo al presente con seriedad, respeto y amor.

14. 40 Winks - It´s The Trip. Hacía tiempo que no me topaba con un disco de hip hop intrumental a la manera de los noventa, un territorio que hoy sólo transitan con maestría tipos como Blockhead y estos 40 Winks, que han regalado un disco que pone a follar a J. Dilla y a Dj Shadow. Un regalito para los oídos más exigentes.
15. Todd Terje - An Anthology: Wheighed & Measured. Cerrando la lista un clásico en mis sesiones, el noruego Todd Terje, que, al igual que hizo el año pasado con sus remixes, ha entregado un doble cd con sus edits, esos que suenan en sus sesiones y que hacen que la parroquia se consuma en un éxtasis sónico. Tributo al Boogie, al disco, al House y al Funk de otras épocas pasado por el tamiz del cosmic a la escandinava, los trabajos de Todd Terje son bombas de relojería sónicas hechas para reventar cualquier pista de baile y para animar cualquier habitación. El disco más festivo de la lista es el que la cierra.